jueves, 15 de octubre de 2009
FIEBRE PROSTÁTICA DE AUTOPSIA SABÁTICA POR LA NOCHE O LOS PÓRTICOS MECÁNICOS DE DOÑA GRETE SAMSA O LA MISERIA DE LO UTOPIBLE
No quiero tu Nouvelle Vague, ni tus libros, ni tus alpargatas, ni calzones obreristas menstruados de rojo saturado y coagulado, ni compartimentos tribales estancos, ni barbudos uniformes condecorados de civilizacion o de barbarie, ni tu disco rígido negro escaneando mis virus grisáceos, ni tus bandas canónicas, ni tus apologías intelectuales y electoralistas del armario, ni tu cara de orto punki y tus yires militados en la clandestinidad por corrección política, ni tu rebaño de funcionalismo, ni tus groupies obsecuentes del prostítulo, ni tu listado de autores y de recorridos conductistas obligatorios, ni tu imperfección humana jamás confesa, ni esa piscina de tiburones caníbales perennemente al asecho, ni tu baguette ni tus coronas menos vitalistas y hedonistas que solemnidad judeocristiana de congregación episcopaliana...
quiero torta, delicioso pastel de ocurrente desafiante y juguetona selva negra con rocetas de maíz agridulce reptando en metastasis a tus kioskos... y purpurina traviesa desnudando en cuerpos y ademanes inconvenientes tus más sonrojantes deseos tapados, y estrafalarias capelinas (con perfumadas azaleas y violetas en vez de espinosas y otoñales rosas), y el goce de lecturas curiosas-espontáneas-no coyunturales cuando pinte la ocación si es que pinta, y jugar a la visita con el samovar berreta de fantasía sin tener que redimirlo en camp todo el tiempo, y escuchar música hueca mientras bailo para el traste desplumando las vertebras e invertebrando las plumas, y libertar bufarretas lágrimas con el maquillaje corrido por puestas en escena sentimentales aunque no lo autorice la cofradía de diletantes y/o dilatantes, el concenso de plenario ni el mandato de asamblea o la diciplina partidaria o de la normativa o del extracurricular Club de Ciencias.
Jugar puerilmente a ser esa cantante del año del coco para deleitar a muchedumbres imaginarias desprejuiciadas, lentos de reinona marsupial para algún teje zaguanero sin la bendición del Comité Central y de la ñoñarquía univercistaria, y pelucones sintéticos y gigantes salpicados de inenarrables hojaldres y de colores tan subversivos a la zurdoandro-norma como imposibles, y todas esas otras alegres y caprichosas improductividades lúdicas que no están prescriptas en los manuales Estrada del Chongo (futbolero) Nuevo y la Hembra (vulvaontológica) Nueva...
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